12 de abril de 2017

Capítulo 91

En estos momentos “la felicidad” era completa o todo lo completa que podía ser teniendo en cuenta las circunstancias, aunque tales circunstancias ya no eran novedosas y todo hacía pensar que iban a formar parte de su vida durante mucho tiempo. Si bien, ¡nada es lo que parece! Ya le habían avisado.
Palmira estaba disfrutando de su momento diario de tranquilidad personal, sentada en la zona chill out que había mandado a instalar frente al porche del amplio jardín. Disfrutaba de la dulce caricia del sol primaveral en su cara y en su cuerpo, disfrutaba del embriagador olor de los jazmines y azahares, disfrutaba del té chandra que se preparaba todas las tardes (regaliz, hinojo, jengibre, canela…) y, sobre todo, disfrutaba de no tener nada que hacer en estos momentos y nada que temer al menos por ahora.
Desde la cómoda tumbona acolchada observaba los castaños y los diversos árboles frutales, todos en flor, también se regocijaba por la tranquilidad que le proporcionaba la cercana valla de madera. Si miraba unos metros más allá, en la distancia, comprobaba la seguridad del cercado metálico y electrificado. No podía ver, pero sabía de su existencia, el primer cercado de granito y de hierro forjado, con cámaras de seguridad, que la separaban del resto del mundo. ¡Por fin, se sentía segura!
K dormía en su habitación bajo la cariñosa atención de Alison, Bimba dormitaba a sus píes y Terry vigilaba expectante cualquier movimiento sospechoso en el entorno. Que buena idea haber recogido en el refugio a estos buenos perros! Algo más nerviosa le ponía la continua presencia de Perseo, siempre sonriente y vigilante, con esos gestos seguros y desafiantes, le proporcionaba seguridad pero también algo de desazón: Tanto ímpetu y actividad la desconcertaban un poco, pero tenía que reconocer que su presencia en la casa le aportaba alegría y la tan añorada sensación de seguridad. Los avatares habían decidido que él era el más indicado para las labores de guardaespaldas de ella y de K, y ella había estado muy de acuerdo.
Sin embargo; K la tenía algo sobrepasada con tantas nuevas obligaciones en su vida. En muy poco tiempo, había pasado de galerista transgresora en Sevilla a rica heredera de los Caelum, de heredera a objetivo de los Poncianos y todo ello había desembocado a ser madre. Madre!
La niña sería el “diamante” de los Caelum o de los Poncianos, pero hoy por hoy era una piedra difícil de cargar, con muchas tareas diarias y meramente operativas a desarrollar. Además, ni Andrea ni Rac Tac daban señales de colaborar en la labor. Allí estaban ellas solas, con Alison y con los perros y con Perseo.
El Sol ya se estaba ocultando y con la taza de té agotada, Palmira se incorporó con la intención de entrar en casa y volver a retomar sus obligaciones de madre con K: Juegos, tareas escolares, ducha, cena, lectura antes de dormir…
La valla eléctrica estalló en chispas, Bimba salió corriendo hacia la casa y Terry saltaba ladrando sobre la valla de madera. Perseo apareció como un rayo y la cogió en brazos
-“Palmira, debemos tener cuidado! Alguien ha sobrepasado la primera cerca de seguridad. Puede ser una falsa alarma, pero tu seguridad y la de K es lo prioritario”
“Perseo, qué hacemos? Estamos solos” dijo Palmira.
-“Tranquila, ya he pedido refuerzos. Pero no estamos tan solos, nada es lo que parece”...

By Perseo
Perseo

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