22 de marzo de 2017

Capítulo 70

Cuando secuestraron a Palmira y a Macarena el capitán Robles y el teniente Alonso se encontraban en La Haya, en la sede de Europol, intentando analizar toda la información que habían descubierto en el disco encontrado.

Pensaron que uno de los beneficios de su salida de Venecia había sido mantenerlas a salvo pero, al parecer, no lo habían logrado.

Para Máximo esto supuso un tremendo shock, a pesar de que él mejor que nadie sabía que estas cosas podían ocurrir, sus sentimientos hacia Palmira hacían que al recibir la noticia hubiera sentido un tremendo mazazo en el estómago y su cabeza se hubiera quedado en blanco.

Cuando parecía que se acercaban a algo importante los acontecimientos se precipitaban y parecía que todo hacía aguas de nuevo.

Después de conocer el embarazo de Palmira y que, por supuesto, el hijo que esperaba no era suyo, creyó que sus sentimientos hacia ella cambiarían por completo.

Para él significaba mucho el hecho de que ella le hubiera sido infiel; como para la mayoría de los hombres este era motivo más que suficiente para olvidarla, pero con lo que no contaba era con que los sentimientos, si son verdaderos, no cambian de la noche a la mañana y no podía dejar de amarla solo porque hubiera entregado su cuerpo a otro.

Las noticias que llegaban eran alarmantes; las dos habían desaparecido en un intervalo de minutos y, hasta el momento no tenían ni rastro de ellas.

El despliegue policial asignado al caso era colosal, sin embargo ya habían pasado 24 horas y no tenían ni una mínima pista que pudiera dirigirles hacia algún lugar.

Máximo ya había decidido tomar el vuelo que salía esa misma noche de vuelta a Venecia, para él era insoportable no poder estar allí y, al menos, tener la oportunidad de investigar personalmente cualquier hecho, por nimio que pareciese para poder rescatarlas con vida.

Más allá de la decisión personal que había tomado Máximo, Europol también había determinado que, a la vista de los acontecimientos, tanto el capitán Robles como el teniente Alonso volvieran a Venecia.

Nadie mejor que ellos podían conseguir que la Palmira y Macarena fueran encontradas vivas, y cada vez era más relevante conseguir este objetivo.

Ambos llegarían por separado; no era conveniente que nadie pudiera relacionarlos en ningún sentido, por pequeño que pudiera parecer.

Antes de partir, el capitán Robles mantuvo una pequeña conversación con el teniente Alonso.

- Máximo, sé que esto es duro para ti pero debes mantener la cabeza fría. Sabes bien que, a veces, cuando aparecen sentimientos éstos pueden poner en riesgo operaciones importantes y ésta es una de las más trascendentales  de los últimos años. Tal vez sea mejor que otro agente te sustituya.

Al escuchar esto Máximo palideció, en ningún caso se iba a apartar de esta operación, ni de Palmira.

- Capitán Robles, jamás pondría en peligro una operación, y mucho menos una de esta envergadura. Llevamos muchos años detrás de la familia Caelum y cada vez estamos más cerca. No tiene de qué preocuparse. Puedo mantener mis sentimientos al margen; nunca haría nada que entorpeciera la investigación.

El capitán Robles asintió, sabía que Máximo estaba lidiando continuamente con el amor que sentía por Palmira pero, hasta el momento, había sido disciplinado y había acatado todas sus órdenes sin rechistar a pesar de todo.

Además, el objetivo prioritario de esta operación era encontrar a Palmira Caelum con vida ya que toda la organización que habían descubierto giraba a su alrededor, y quien más deseaba encontrarla era Máximo.

- Está bien teniente Alonso, nos vemos en Venecia.

By Trexa
Trexa

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