19 de marzo de 2017

Capítulo 67

Estaban petrificados, ninguno se atrevía a dar un paso al frente y evitar la catástrofe. De ella no se lo podían esperar, la tranquila, la consecuente. Pero hasta los más sosegados pueden explotar.

No pasaba por un buen momento, desde hacía unos meses todo a su alrededor se había derrumbado. Sentía que era el centro de una vida que no quería vivir porque no había sido su elección, sino la de ellos. Sin consultar ni preguntar porque sí, porque eran los machos y los más viejos del grupo. Habían dictado sentencia y todos daban por hecho que ella debía acatarla, era su destino, así estaba escrito.


No la conocían y se iban a llevar una buena sorpresa, daría un golpe de estado a su propia existencia y se iban a cagar por las patas. No importaba su pequeña envergadura, volaría lejos y ninguno la podría detener.

Tenía el mismo derecho que ellos a vivir.

Durante cinco meses sufrió lo indecible. El cambio era doloroso, pero no había otra opción. Subió a lo más alto de la montaña, y allí sola, se deshizo de su antiguo yo. Perder las uñas fue terrible y cuando le nacieron las nuevas, arrancarse con ellas su vistosa coraza la hizo graznar hasta desmayarse de dolor.

Fueron días de una terrible soledad.

Sus amigos habían decidido apoyarla, ella les sugirió que quizá debería abandonar el grupo, pero se negaron. Formaba parte del proyecto, eran un equipo,  juntos saldrían adelante y suplirían entre todos su ausencia.

Fue una sorpresa cuando regresó y descubrió lo que había sucedido . No entendía nada, ¿se les habría ido todo de las manos?

Era su turno y no sabía ni por donde empezar.

Nada es lo que parece se dijo a si misma, es lo que queréis y eso mismo os voy a proporcionar.

Cuando se dieron cuenta de lo que estaba a punto de ocurrir, se quedaron estupefactos.

-¡Tú no, -le dijo el de la espada-, eres la que pone orden!
-Lo sé, he leído tu capítulo, le contestó ella mientras batía sus nuevas alas.

Una dulce voz surgió del fondo del grupo y todos dejaron paso a la de los Manolos ¿o serían Louboutin?

-No puedes hacernos esto,  dijo con sincero cariño.
-Lo siento, pero también te has unido a sus extravagancias. Has dejado que Palmira tenga pesadillas con nosotros, ella también nos ha descubierto.

¡¿En qué estabais pensando?! O quizá jamás entendí de qué iba todo, porque al fin y al cabo quién soy para decidir cuál debe ser el rumbo de la historia. Os agradezco el cariño y el apoyo que en estos cinco meses me habéis dado, no es fácil para alguien como yo perderlo todo, pero ese es el destino de mi especie y no estaba dispuesta a dejarme morir.

-Por eso mismo, le dijo Rac-Tac, porque has sido capaz de cambiar para cambiar el mundo ¿quieres echarlo todo a perder ahora?

-¿Y me lo dices tú, el presunto padre de la hija de Palmira?

Lo mejor es que todos asumáis que nos vamos aproximando al capítulo cien. Al igual que yo he tenido que someterme a un proceso de renovación, porque así lo exige mi naturaleza, vosotros debéis hacer lo mismo. Y tengo que ser yo, la que como dice Padawan lo coloco siempre todo en su sitio, os lleve al fin para recomenzar de nuevo.

Con terror e impotencia vieron como Hraeslverg aproximaba una de sus nuevas garras al teclado de su portátil. ¡NO! gritaron al unísono. Pero era demasiado tarde,    Ktharsys se había sumido en el silencio y la oscuridad.

By Hraeslverg
Hraeslverg


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