Palmira
se iba aproximando a...
Otro
espacio donde el tiempo no existe, porque el tiempo en el universo no es más
que un concepto de Tercera Dimensión.
-¿Que
sientes? le pregunto el Dr Weiss.
-Paz,
mucha paz
Le
contestaba dibujando una sonrisa en su rostro mientras entrelazaba sus dedos como si empuñara una espada.
-¿Dónde
te encuentras?
-
En casa
-Descríbeme
tu entorno Palmira
-
¡No soy Palmira! gritó
- Soy Lucas, hijo de Marcus Celícola. Mi
padre es el único heredero de una larga dinastía que capitanea un ejército de
fieles, que luchan para que se mantenga el equilibrio en el universo entre el
bien y el mal. “Los Celícolas “ ( Los habitantes del cielo)
-Interesante Lucas,
¿dónde te encuentras, que ves?
-Estoy
en Los Cañones, en el mirador desde donde divisamos y vigilamos el puerto de
Malat (refugio seguro) pero no estoy solo, me acompaña el escuadrón de mi padre y un segundo escuadrón formado
por los mejores hombres de la orden “Los
Caballeros de San Juan de Jerusalén “ o como se les conoce popularmente ” Los
Caballeros de Malta ”
- ¡Padre
Noooo !
Gritó Palmira, acompañándolo con un continuo rio de lágrimas y mientras cerraba sus puños
con tanta fuerza que parecía que, por momentos, fueran a salir sus blancos nudillos de ella.
Balbuceando
y con la voz entrecortada, volvió a
decir:
- ¡No
padre, nooo por favor!
-
Cuéntame Lucas, cuéntame, ¿qué pasa?
El
Doctor Weiss empezaba a sospechar que
había llegado ese momento, ese que había
estado durante tanto tiempo, oculto y que tanto la atormentaba.
-
Mi padre, mi padre... mi madre, mi
madre...
Palmira
estaba tumbada en el suelo sobre una cálida y mullida alfombra de color
púrpura, en ese momento recogía sus piernas y las agarraba hasta terminar en la posición fetal o de protección.
Apenas
podía articular palabra, estaba ausente, como si su cerebro estuviera ocupado
encajando un gran puzzle de momentos, imágenes y caras.
-Tranquilo
Lucas, es necesario que me digas que ha sucedido, que lo saques de dentro, pero
no tengas prisa.
Claramente
y lejos de sentirse liberada y aliviada,
su rostro reflejaba gran tristeza y dolor. Pero finalmente empezó a contar lo
sucedido.
-Mi padre, ha tenido que tomar una
decisión dura, pero necesaria.
En esta batalla, no solo luchamos
contra varías dinastías del mal, sino
por preservar en secreto, el mayor tesoro del universo, el cual custodiamos
desde nuestros antepasados más lejanos.
Por sus palabras todo hacía suponer
que Palmira se hacía una idea de que mucho tenía que ver esto con el anagrama
de la familia y los tatuajes.
-Verá, desde hacía tiempo teníamos
entre nosotros un topo, alguien que pasaba información a las dinastías del mal,
por ello muchos familiares y grandes guerreros murieron sin poder siquiera
defenderse. Eso es traición, y muy a pesar nuestro, este traidor, debía tener
su castigo.
-¿Y quién era ese traidor?
-El traidor o mejor dicho, la traidora era mi madre.
Palmira rompió
a llorar una vez más y tras una pausa, continuó el relato.
-La decisión solo podía ser una, y ha
sido desterrar a su esposa, mi madre. Pero mi madre en un acto vil e irracional se llevó con ella, a mi hermana,
jurando venganza.
Palmira seguía reconstruyendo su vida, a partir de estos fragmentos que
acontecieron en su otra vida.....
¿Cuál
será ese tesoro?¿Cuál será su poder?¿Quién
es su madre?y... ¿Quién es su hermana?
By Mr.Marvic
Mr.Marvic |
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