29 de enero de 2017

Capítulo 18

En 30 minutos tenía la primera reunión del Consejo de Administración y tenía los nervios de punta.

Alison la había preparado para esta reunión a conciencia. Llevaba un par de semanas explicándole pormenorizadamente todos los temas que se iban a tratar y analizando los informes que se iban a presentar. Martín se jugaba mucho.

Alison compartió con ella la estrategia que pensaban seguir para obtener el voto favorable del Consejo, y crear una línea de joyería con piedras semipreciosas, con diseños más innovadores y arriesgados, dirigida a un público juvenil y con menos poder adquisitivo.
¡¡Estaba aterrada!! No entendía los balances, las cuentas de resultados, ni los análisis de las desviaciones del presupuesto, no llegaba a terminar de leer ni siquiera la primera página de los informes trimestrales…. A menudo en las reuniones acababa abstraída por los magníficos lienzos que colgaban de la pared de los despachos.

Ella siempre se había encontrado muy a gusto entre artistas y tratantes de arte, en ambientes bohemios y alternativos, y se sentía como un pez fuera del agua en las reuniones interminables con los directivos de la compañía o los clientes.

Su voz interior y todo su cuerpo le decían que cogiera un avión y volviera a Sevilla con sus amigos, su verdadera familia. Estaba tan decepcionada con lo que había ocurrido en estos meses…., sus padres parecían evitarla con tanto viaje y, si tenía ocasión de verles, siempre era en un entorno encorsetado donde había que cumplir con las reglas de etiqueta que la mantenían emocionalmente aislada de sus padres.

Ella no era así. Necesitaba el contacto con la gente, necesitaba sentir el afecto y la cercanía, le gustaba la espontaneidad y no seguir reglas a la hora de relacionarse. Necesitaba desesperadamente ser ella misma, y en Venecia no podía serlo.

Por otro lado, no entendía nada ¿por qué sus padres querían que ella tomase las riendas del negocio? Todavía son muy jóvenes, llenos de vitalidad y salud y es fácil darse cuenta de que verdaderamente disfrutan con su negocio. Además cuentan con los mejores profesionales: Martín y Alison.

De repente tomo conciencia de lo infeliz que era y que todo lo verdaderamente importante estaba en Sevilla, pero justo en ese preciso  instante le vino a la mente el recuerdo de Isaac y sus palabras. Esas palabras que nunca dejaba de repetir cuando ella perdía la seguridad en si misma. 

“Mi querida niña, no dejes que el miedo se apodere de ti, acalla a esa voz interior que te persigue desde que eres una niña. Eres muy inteligente y tienes motivos sobrados para estar orgullosa de ti misma. No dejes nunca que las circunstancias o las personas tomen las decisiones por ti. Tú, con tus acciones y decisiones, puedes influir en el rumbo de tu vida y en lo que ocurre a tu alrededor.

No te dé miedo equivocarte, no pasa nada, aprende del error y sigue caminando. Cree, cree en ti, siempre. Esto guiará tus pasos, y verás como el presente siempre es mejor que el pasado y el futuro lo verás como una oportunidad para ser feliz”

No, definitivamente no iba a volver a Sevilla huyendo. Sería ella y nadie más quien decidiría si se quedaba a gestionar el negocio familiar o si se marchaba a recuperar su vida en Sevilla, ahora ya tan lejana; y por supuesto, no se iba a marchar sin descubrir todos los secretos y misterios que giraba alrededor de la familia Caelum.

De repente se abrió la puerta y entró Alison. Había llegado la hora. Respiró hondo y se dirigió con ella a la sala de reuniones. Cuando llegaron, sólo estaban sus padres y Martín, el resto de consejeros todavía no habían subido, faltaban 10 minutos para empezar.

Instintivamente, sin saber por qué miró hacia atrás y vio a Andrea a través del cristal con una gran sonrisa y una mirada que le decía “adelante, no tengas miedo”.


By Lastrum
Lastrum

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