2 de abril de 2017

Capítulo 81

La sorpresa de Máximo fue mayúscula al recibir la nota de Gerardo. ¿Cómo lo había localizado? Él no le había dicho donde se hospedaría porque ni siquiera lo sabía. Todo lo relacionado con su identidad y alojamiento en Venecia se lo había enviado Robles a través de un mensaje que recibió al embarcar y que recordaba perfectamente: 

“Teniente, acabo de recibir un mensaje de la central. Por nuestra seguridad debemos alojarnos en hoteles diferentes. En el aeropuerto habrá un conductor mostrando un cartel con el nombre de Alejandro Bautista. Acuda a él y le trasladará a su hotel. A partir de ese momento usted tendrá esa identidad en Venecia. El conductor le facilitará la documentación que le acreditará. Cuando estemos instalados nos pondremos en contacto a través de correo electrónico y recibirá nuevas instrucciones. No intente hablar conmigo hasta que estemos en nuestros respectivos hoteles”

Este detalle le paralizó ya que podía significar que la seguridad de la operación estaba en juego.
Tal como le confesó el propio Gerardo, hace mucho tiempo que dejó Europol y ahora se dedicaba a la hostelería.

A nadie se le escapaba que, una vez fuera de los circuitos oficiales, es muy difícil conseguir información  y recursos para investigar cualquier operación y menos una de este calado.

Entonces ¿cómo sabía de su alojamiento si, además llevaba asociado un cambio de identidad desde su llegada? ¿Cómo había podido conseguir esa información? ¿Había un topo en Europol? ¿O realmente Gerardo no le dijo la verdad cuando se puso en contacto con él?

Estas y otras preguntas se agolpaban en la mente de Máximo y eso hizo que, prácticamente, no pudiera dormir.

“Divide y vencerás” era la frase recurrente que, sin querer, acudió a su mente durante esa larga noche.
Estaba despierto, en la terraza de su habitación viendo cómo el sol pedía paso para llenar el día de luz, cuando pensó que tal vez Gerardo no le había dicho la verdad.

Todavía no sabía por qué pero parecía que estuviera intentando generar desconfianza entre los máximos responsables de la resolución de todos los hechos que habían ocurrido en la familia Caelum y del rescate de Palmira.

Y, en ese momento, la responsabilidad recaía en el capitán Robles y en él.

 Con la información de que disponía, se le hacía muy difícil pensar cuales podían ser las verdaderas razones de Gerardo pero estaba dispuesto a averiguarlas.

Acudiría a su encuentro al Ponte dei Tre Archi a la hora convenida, tal como le había pedido en su nota.

Cuando Trexa finalizó el capítulo que tenía asignado, se encaminó a la sala acordada para acudir a una nueva reunión de avatares.

Allí estaban todos con sus cuadernos y bolígrafos, los mismos que utilizaban  para escribir “su novela”, esa historia que visualizaba cada uno a su manera y que, misteriosamente, parecía que seguía un guion.

En la reunión anterior, Perseo les había dicho que tenían que actuar, lo que no les había dicho era ¿por qué? ¿Cómo? ¿Para qué?...

Habían visto la reunión que habían mantenido “los doctores” y estaban expectantes.

Solo Andrea les había enviado una señal, a través de Padawan, para que siguieran con sus cuadernos, para que siguieran con Ktharsys.

Los avatares sabían que había llegado la hora; tenían que empezar a tomar decisiones, y una de ellas era cómo dar a conocer su historia al resto del mundo.


Todo aquel que quisiera podría saber todo lo que ellos imaginaban cada día.

By Trexa
Trexa

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