Desvió por un momento su
mirada hacia el enorme ventanal y se acercó; desde ahí admiró el maravilloso “ Jardín del Palazzo ”, que
nada tenía que envidiar a los famosos Jardines de Versalles, estaba precioso; advirtió
que ya estaba anocheciendo, con lo que perdió uno de los momentos más bellos del día, el atardecer en Venecia.
- ¡¡ El atardecer en Venecia !!
Dijo Palmira en voz alta,
mientras un suspiro y un desánimo recorrió su cuerpo, al darse cuenta que
también había perdido la oportunidad de reunirse con Daniel. Necesitaba empezar
a despejar tantas incógnitas que surgían y que iban “in
crescendo” desde que puso el primer pie
en esta ciudad.
Cabizbaja, se giró para
dirigirse hacia el armario, donde aún no tenía decidido qué se iba a poner, y
el tiempo transcurría, eran ya las 19:40 h. Y la Cena de Gala era a las 20:30,
debía darse prisa si quería estar perfecta y radiante para lo que iba a ser uno
de los días más importantes de su
vida.
Al levantar la cabeza, vio
en la puerta una silueta, la cual fue acompañada por un carraspeo para llamar
su atención.
- ¡Cof, cof!... Señorita
Palmira, veo que ha descansado muy bien, incluso me atrevería a decir que se le han pegado las
sábanas, lo cual celebro, pero... debe darse prisa. Le recomiendo que se acerque
a la bañera....
Era Andrea.
¿Cuánto tiempo llevaba allí, me habrá oído...?
¡Qué más da! Tan solo con su voz, ya
quedaba absolutamente hipnotizada.
Palmira fue acercándose
al baño y...
- Yo mismo mandé que se
lo llenarán hace una hora.
Y acercándose un poco más
a ella le susurro,
- En el Palazzo, a las
señoritas las tratamos como tales, así que le dije a una de las muchachas que utilizara pétalos de rosa, recién cogidos
del jardín, tal y como a su madre le gusta tomar el baño.
- Y... Señorita Palmira, debe estar más atenta, aquí
en Venecia la puesta de Sol comienza aproximadamente sobre las 17:30h.
Palmira estaba sorprendida,
encantada, una felicidad inmensa recorrió su cuerpo, el detalle de Andrea le
había dejado boquiabierta, sintió que estaba en una nube, que era especial,
sintió amor.
Giró todo su cuerpo en
una décima de segundo y quedaron uno frente al otro.
Una sonrisa amplia
dibujaba sus caras, se miraron fijamente, Palmira se estremeció y, en un
impulso, con los cinco sentidos descontrolados, no pudo resistirse y lo abrazó.
Sus labios recorrieron su
cuello hasta encontrar el lugar donde, delicadamente, los dejó descansar un
instante, el cual aprovechó para susurrarle al oído.
-Gracias Andrea, es muy
gratificante que alguien a quien apenas conozco desde hace unos días, tenga
estos gestos tan bellos, tan necesarios para mí en estos momentos, ahora mismo
si me dejará llevar te....
En ese preciso momento la
interrumpió un leve, aunque profundo gemido, que salió de entre los dientes de
Andrea.
Perpleja y asustada
Palmira se apartó y le dijo:
-Lo siento ¿Te he hecho
daño? ¿Qué te pasa? Quizás no controlé la intensidad de mi abrazo, te pido disculpas.
-Veo que a alguien se le
ha pasado algo por alto...
Dijo Andrea con una media
sonrisa, que concluía con un brillo especial en su mirada.
Palmira, aunque no
comprendía nada, al oír su respuesta acompañada de tal dulzura en su mirar, no
quiso entrar en más detalles, prefería quedarse con ese momento tan mágico y no
estropearlo con preguntas absurdas de niña tonta.
- Venga, disfrute de su
baño, y deleite a toda la alta sociedad con su belleza natural. Recuerde cuando
salga de esta habitación que las estrellas brillan por usted; esta noche, su
vida cambiará.
Paso a paso Andrea se fue
alejando de ella. Sin pestañear, observaba cada línea y cada curva de su
cuerpo, tan absolutamente perfecta, incluso recién levantada, sin maquillar,
era espectacular.
Antes de dar la media
vuelta le dijo:
- Le voy a dar una
información que le será de gran ayuda para que sea puntual. Cuando oiga tocar
al quinteto de cuerda, quedarán exactamente 15min. hasta que hagan sus padres la
entrada a la Sala Principal Caelum.
Son las 19:50h. y Palmira
se dispone a despojarse de su ropa para disfrutar del baño entre rosas. Al
deshacer el nudo de su bata de seda.... se percató de un detalle que le llamo
tremendamente la atención.
-¿Y esto? ¿Cómo ha sido?
Tenía rotas las uñas de los
dedos índice, corazón y anular de la
mano izquierda, con lo que ella se cuidaba de tener las manos siempre perfectas...
By Mr. Marvic
Mr.Marvic |
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