8 de febrero de 2017

Capítulo 28

Sentados, cogidos por ambas manos y mirándose a los ojos, no podían creer que estuvieran el uno frente al otro. Llevaban demasiados años sin verse y Daniel quería disfrutar de su presencia antes de responder a todas las incógnitas que planteaba Palmira y revelarle esos secretos que había atesorado durante tantos años y que sabía que le cambiaría la vida y le sería de gran ayuda para acometer aquello que le estaba esperando en Venecia. Sus padres, el tatuaje en su cuello y el que llevaban otras personas, Martín, Isaac, los diamantes… ¡Lucas! Toda esa información se agolpaba en el cerebro de Daniel pugnando por ser liberada y compartida.

Se trataba de una información que le había quemado a lo largo de los años. En muchas ocasiones había estado tentado de revelarlo todo, pero sabía que no podía hacerlo hasta que Palmira no tomara las riendas del negocio familiar y con ello, las riendas de su propia vida. Era una información peligrosa que debía proporcionarse en el momento justo y quizás, no toda de golpe. Eso lo decidiría según fuese reaccionando Palmira a medida que conociese cada dato.

Debía ser ahora. Estaban solos y nadie podía molestarles ni impedirle que por fin ella supiera toda la verdad.

- Palmira, te he hecho venir hasta Malta porque debo confesarte algo. Se trata de una información valiosa que deberás utilizar con cautela y que no revelarás a nadie. Además de mí, solo una persona dispone de esa misma información, pero de momento es mejor que no conozcas su identidad. Él se pondrá en contacto contigo cuando lo considere oportuno, pero ten siempre presente que esa persona va a estar pendiente de todos tus movimientos con el único fin de protegerte. No vas a estar sola en esto, pero tendrás que ser cauta y pensar mucho antes de tomar cualquier decisión.

Un escalofrío recorrió el cuerpo de Palmira. Presentía que no iban a ser buenas noticias. Su mente comenzaba a saltar de una idea a otra mientras su respiración se volvía cada vez más agitada y su cuerpo iba bañándose en un sudor frío. Sus palabras comenzaban a salir nuevamente de forma atropellada. Sintió miedo y tartamudeando pidió a Daniel que continuase.

- Presta atención y no me hagas preguntas hasta que termine de contarte todo.

- Me estás asustando, Daniel –respondió Palmira.

- No debes temer nada. Hay mucha gente que te protege, pero es necesario que sepas toda la verdad sobre la familia Caelum.

Tras una breve pausa en la que acarició suave y paternalmente la mejilla de Palmira, Daniel tomó aire y comenzó su confesión.

- Cuando con seis años llegaste a Sevilla, tu tío Isaac pertenecía…

Un sonido seco cruzó el aire y provocó que los pájaros que descansaban sobre las ramas emprendieran un vuelo descontrolado. Palmira sintió en su brazo la humedad cálida de la sangre proyectada desde el pecho de Daniel al tiempo que observó cómo su cara adoptaba una mueca de dolor y su cuerpo caía inerte sobre el banco en el que estaban sentados.

Empujada por la fuerza del cariño que sentía por aquel hombre, Palmira se abalanzó sobre él para protegerlo a la vez que otro sonido seco golpeaba no solo sus oídos, sino que llegaba acompañado de un agudo dolor en su hombro izquierdo. Alguien había disparado contra Daniel y ahora iban a por ella.


Intentó levantarse y correr, pero segundos antes de perder el conocimiento percibió como un grupo de turista corría hacia ellos.

By Ícaro
Ícaro

2 comentarios:

  1. Leches con Ícaro! Empieza la acción...

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  2. http://www.editorialnebula.com/ si quieren publicarla, aquí nos tienen...

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Gracias por participar en K-Thar-Sys, todas las opiniones son tenidas en cuenta para el desarrollo de la historia.