Razzi cuelga el teléfono y se queda pensativa elaborando la información recibida. Si, tiene que tomar una decisión de una vez por todas y actuar o hacer que otros actúen. Desde su retiro temporal en Sevilla, investigando los papeles de su cuñado Isaac, ya sabía que no la iban a dejar tranquila. Es lo que tiene ser la matriarca de los Caelum! Levi, su marido, está como siempre a los negocios de la familia y ajeno a las críticas circunstancias actuales.
Sabiendo que tiene que tomar una decisión, se sirve una copa de jerez y enciende su pipa lentamente. Ya sabe lo que la familia necesita y sabe lo que hay que hacer, pero antes de descolgar el teléfono y dar las instrucciones oportunas, repasa mentalmente el pasado que la ha llevado a esta infortunada situación.
Levi, su amado esposo, quería tener un heredero para el imperio familiar de los Caelum; pero ella no era fértil y tuvieron que acudir a los mejores médicos. En Venecia encontraron al mejor especialista en reproducción asistida, lo contrataron y la cosa funcionó.
Pero no exactamente como quería Levi, ella no tuvo a un heredero; trajo al mundo a dos herederas. Conociendo las intrigas de los Caelum, tomo una decisión. Cada una de las niñas sería educada de forma diferente y con familias diferentes, para evitar riesgos! Como en las grandes dinastías europeas, cada heredera por un lado.
Así, una niña fue confiada a los Caelum de Sevilla y otra niña a los Caelum de Venecia. Para ambas se escogió el mismo nombre: Palmira! Sin embargo, Razzi engañó a Levi. Nunca le dijo que habían tenido dos descendientes, unas gemelas; para Levi su hija estaba en Venecia y para Razzi sus hijas estaban en Sevilla y en Venecia.
Sin embargo, el fallecimiento natural de Isaac precipitó los acontecimientos. Levi se sintió muy afectado por la muerte de su hermano y le confió a ella sus intenciones. Quería dejar el liderazgo del grupo empresarial y delegar en la que él consideraba su única y legitima heredera: Palmira, que residía en Venecia y ya colaboraba en la gestión de algunos negocios menores.
Pero, Levi, consciente de que Palmira no estaba aún preparada para asumir las funciones más secretas de los Caelum, también había decidido que Martin asumiese temporalmente esas funciones secretas, como El Amo, y fuese el mentor de Palmira hasta que ella estuviese preparada para asumir ese rol; el más importante realmente para la fortuna e influencia social de los Caelum.
Razzi, no estaba en absoluto de acuerdo con las decisiones de su marido, como tantas otras veces en el pasado. Conocía de sobra la ambición desmedida de Martin y desconfiaba que él fuese capaz de asumir tan importante papel sólo de forma temporal. También conocía a Palmira, la de Venecia, y ya habían discutido varias veces por determinadas artimañas utilizadas en la gestión de los negocios que se le habían confiado; hoy por hoy, no la veía como El Amo, todavía necesitaba protectores y quizás durante mucho tiempo.
Así, ella se atrevió a tomar una decisión arriesgada pero que creyó necesaria: Convocó a Palmira, la de Sevilla, a venir a Venecia. Esto le permitiría conocerla personalmente y comprobar si los informes periódicos de Isaac eran correctos, siempre muy positivos, y valorar ella misma las posibilidades de su otra hija para asumir el mando de la familia.
En esto estaba cuando el telefonillo del palazzo la sorprendió. Preguntaban por la Señorita Palmira y se identificó como un tal Andrea.
Razzi no sabía por cuál de las Palmiras preguntaba Andrea, pero le dejó pasar. Finalmente, sus hijas eran sus hijas, aunque una fuese menos buena y otra fuese más inocente!
Quizás la conversación con Andrea le ayudase a confirmar quien era la posible Ama de los Caelum! Aunque ya se sabe, “nada es lo que parece”.
Sabiendo que tiene que tomar una decisión, se sirve una copa de jerez y enciende su pipa lentamente. Ya sabe lo que la familia necesita y sabe lo que hay que hacer, pero antes de descolgar el teléfono y dar las instrucciones oportunas, repasa mentalmente el pasado que la ha llevado a esta infortunada situación.
Levi, su amado esposo, quería tener un heredero para el imperio familiar de los Caelum; pero ella no era fértil y tuvieron que acudir a los mejores médicos. En Venecia encontraron al mejor especialista en reproducción asistida, lo contrataron y la cosa funcionó.
Pero no exactamente como quería Levi, ella no tuvo a un heredero; trajo al mundo a dos herederas. Conociendo las intrigas de los Caelum, tomo una decisión. Cada una de las niñas sería educada de forma diferente y con familias diferentes, para evitar riesgos! Como en las grandes dinastías europeas, cada heredera por un lado.
Así, una niña fue confiada a los Caelum de Sevilla y otra niña a los Caelum de Venecia. Para ambas se escogió el mismo nombre: Palmira! Sin embargo, Razzi engañó a Levi. Nunca le dijo que habían tenido dos descendientes, unas gemelas; para Levi su hija estaba en Venecia y para Razzi sus hijas estaban en Sevilla y en Venecia.
Sin embargo, el fallecimiento natural de Isaac precipitó los acontecimientos. Levi se sintió muy afectado por la muerte de su hermano y le confió a ella sus intenciones. Quería dejar el liderazgo del grupo empresarial y delegar en la que él consideraba su única y legitima heredera: Palmira, que residía en Venecia y ya colaboraba en la gestión de algunos negocios menores.
Pero, Levi, consciente de que Palmira no estaba aún preparada para asumir las funciones más secretas de los Caelum, también había decidido que Martin asumiese temporalmente esas funciones secretas, como El Amo, y fuese el mentor de Palmira hasta que ella estuviese preparada para asumir ese rol; el más importante realmente para la fortuna e influencia social de los Caelum.
Razzi, no estaba en absoluto de acuerdo con las decisiones de su marido, como tantas otras veces en el pasado. Conocía de sobra la ambición desmedida de Martin y desconfiaba que él fuese capaz de asumir tan importante papel sólo de forma temporal. También conocía a Palmira, la de Venecia, y ya habían discutido varias veces por determinadas artimañas utilizadas en la gestión de los negocios que se le habían confiado; hoy por hoy, no la veía como El Amo, todavía necesitaba protectores y quizás durante mucho tiempo.
Así, ella se atrevió a tomar una decisión arriesgada pero que creyó necesaria: Convocó a Palmira, la de Sevilla, a venir a Venecia. Esto le permitiría conocerla personalmente y comprobar si los informes periódicos de Isaac eran correctos, siempre muy positivos, y valorar ella misma las posibilidades de su otra hija para asumir el mando de la familia.
En esto estaba cuando el telefonillo del palazzo la sorprendió. Preguntaban por la Señorita Palmira y se identificó como un tal Andrea.
Razzi no sabía por cuál de las Palmiras preguntaba Andrea, pero le dejó pasar. Finalmente, sus hijas eran sus hijas, aunque una fuese menos buena y otra fuese más inocente!
Quizás la conversación con Andrea le ayudase a confirmar quien era la posible Ama de los Caelum! Aunque ya se sabe, “nada es lo que parece”.
By Perseo
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