El sol de la mañana golpeaba su cara, el aire de primavera lleno de
olor a flores hacía que esos días fueran perfectos. Poder estar en el jardín,
corriendo sobre la hierba, jugando con las flores, imaginando miles de
historias, de cuentos de príncipes y princesas, de héroes y leyendas.
Jugando a que ellas eran las protagonistas de infinitas historias en
las que siempre estarían juntas, luchando contra todo y contra todos hasta la
victoria final, hasta que el bien reinara en todo el mundo.
Así fueron sus mejores días en la casa de campo, días que se habían
borrado de su memoria y que ahora volvía a recordar.
Recordó cómo una tarde de verano, jugando con Nara en el jardín, ambas
subidas en el balancín, el cielo comenzó a cubrirse de nubes rápidamente y cómo
unas gotas de lluvia mojaron su cara, como lágrimas que presagiaban lo que
vendría a continuación.
- !!! Nana !!!
Nuevamente otra explosión, otro destello, pero esta vez en el momento
actual, y nuevamente su cuerpo volando por los aires…¿Qué estaba pasando? Veía
a cámara lenta el coche en el que se encontraba dando vueltas, y los cuerpos de
su padre y su madre girando entre el caos del interior del vehículo, con miles
de fragmentos de cristales y trozos de carrocería golpeando contra ellos.
De repente…silencio, no sabía donde estaba, tenía el rostro
pegado contra el suelo y su única referencia eran los rayos de sol que entraban
por lo que se supone que hace un minuto era una ventana.
Miró hacia la luz, veía su mano ensangrentada junto a su cara y, de
repente, una mano enfundada en un guante de cuero la agarró y la sacó del coche.
Al levantar la vista, con los rayos de sol cegando su mirada, solo puedo
apreciar una silueta enfundada en un traje de cuero, con un casco que no le
permitía ver el rostro y una visera oscura que no permitía tampoco apreciar sus
ojos. Esta persona la montó en una moto y le dijo:
- - Agárrate fuerte…y no mires atrás, nunca mires atrás Palmira.
Con las pocas fuerzas que pudo encontrar y sin saber muy bien por qué
lo hacía, Palmira se agarró fuerte a esa persona, que no sabía quien era, pero
que tenía la sensación de conocer muy bien…¿Por qué? Llevaba mucho tiempo
desconfiando de todo y de todos, incluso de ella misma, de quien era, de sus
pensamientos y sus sentimientos, pero fue la primera vez que sintió paz, y que
no tuvo miedo a agarrarse fuertemente y dejarse llevar.
Tanto fue así que no fue consciente del viaje que hicieron en moto,
aunque estaba fuertemente agarrada disfrutó de la plácida paz que tuvo en todo
el trayecto, del que no sería capaz de decir si duró 5 minutos o varias horas.
De repente llegaron a una estancia en una zona campestre, alejada de
todo, una cabaña en la que había luz en su interior. Ya era de noche por lo que…¿Cuánto
tiempo había durado el viaje?
La moto paró, el conductor se bajó de la moto y Palmira le preguntó…Por
favor, dime quien eres y por qué me has secuestrado y traído hasta aquí:
- Palmira, yo soy el AMO. Le contestó mientras le daba la espalda.
- ¿El AMO? ¿Por fin lo iba a conocer?¿De esa manera? ¿Por eso sentía
tanta paz?¿Qué tenía el amo para que ella confiara ciegamente en él?
La persona se quitó el caso y Palmira puedo ver que era una mujer, y
vio cómo una gran melena rojiza cayó sobre sus hombros.
Se recogió el pelo y en la nuca pudo apreciar un tatuaje similar al suyo,
las hojas de laurel envolviendo una letra mayúscula, la K.
El corazón de Palmira comenzó a acelerarse, estaba a punto de salirse
de su pecho.
En esto la desconocida se giró y, por fin se miraron a los ojos y le
dijo:
- - Hola Mira
- - !!!! Nana !!!!
By Rac Tac
Rac Tac |
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