Era el momento esperado
por Alison para poner en juego todas sus estrategias y por fin reclamar su
lugar, ese que por tanto años ha
merecido. Esta noche era su momento, en sus ojos se dibujaba una mirada
sigilosa de pantera en la oscuridad, donde cada movimiento, cada detalle era
controlado para un fin.
Palmira, atónita,
observando sus tres uñas rotas, siente un escalofrío que invade y recorre su
piel, su mente estática se pregunta ¿qué le ha pasado a mis uñas?, se disparan
como pólvora pensamientos para dar respuesta.
Como cinta de vídeo que
retrocede, intenta en su memoria encontrar las imágenes previas a embarcarse en
la horas de sueño, pero imposible recordar, no hay nada en su mente, su
angustia es intensa, su corazón y respiración se aceleran y Palmira siente los
latidos con tanta intensidad que, en un intento por controlarlo, alza su mano
izquierda y la coloca sobre su corazón apretando fuerte para frenarlo.
Su mente, nuevamente,
intenta explicar lo sucedido pero no hay explicación lógica. Impotente, cierra
los ojos y, como si todo se detuviera en cámara lenta, se deja caer hacia la
pared derecha resbalándose hasta quedar tendida en el suelo como cuando un boxeador
cae al ring, empieza el conteo y quiere levantarse pero sus piernas no
responden. Está consciente, se siente ahogada, sin fuerza, inspira
profundamente intentando tomar fuerza, pero es imposible, deja que su cuerpo
ceda y respira, respira profundamente, pasan en su mente a milésimas de
segundo, imágenes desde su llegada a Venecia hasta las tres uñas rotas, hay una
desesperación en su interior y se da cuenta que, en pocas horas, se han
desvanecidos sus sueños, esos sueños que quedaron en la última noche en
Sevilla…ahora no controla nada de su vida, Martin, Andrea, sus padres, incluso
Alison con su mirada retadora, se los han robado, controlando ahora toda su
existencia. “Todos controlan mi vida en pocas horas…” oye su voz desde el fondo
de su ser.
Ahora, siente un fuerte
impulso de levantarse y huir, aprieta sus ojos y huye en su mente, recorriendo
los pasillos del Palazzo imaginariamente, corre desesperada, saliendo al jardín
y queriendo volar como un pájaro e ir al encuentro con Daniel, para juntos
subirse a la máquina del tiempo y regresar a 1987, sintiendo nuevamente el olor
a eucalipto en la casa de verano de la Valetta, donde sólo sentía libertad,
risas, cascadas de amor y felicidad, donde aún si fueran días de invierno era
como si el sol brillara.
De repente, mientras
corría por las escaleras de la casa de la Valetta, afuera, se escucha la voz de
Andrea siempre cálida pero firme y, en esta ocasión además, desesperada que
dice, “señorita Palmira ha sonado el quinteto de cuerda…” se escucha un gran
silencio que atrapa los sentidos de Andrea y con voz más intensa dice, ¿Señorita
Palmira está usted ahí?
Andrea, en un acto
desesperado, avanza hacia el cuarto de baño con rapidez y al llegar frente a la
puerta la ve entreabierta, la luz refleja sombras sin poder identificar y toca,
“toc, toc”, no hay respuesta y decide abrir la puerta del todo y entrar: ante
él, se desvela entre los pétalos de rosas la belleza desnuda como de un ángel
sobre el suelo, de inmediato le asalta el impulso que invade su cuerpo, sus
manos y sus brazos se mueven sin control rozando la piel del ángel y tomándole
para sostenerla, con voz desesperada
llama…!!!!!Palmira, Palmira…!!!!!
By Dakota
Dakota |
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por participar en K-Thar-Sys, todas las opiniones son tenidas en cuenta para el desarrollo de la historia.