Desde ese rincón en la
sala, sigilosamente, apreciaba perfectamente cada detalle de los instantes
previos a la cena de gala de los Caelum. No dejaron nada al azar. Se podría
decir que es lo normal en la familia y en la industria.
Es un evento sin precedentes,
un poco más espectacular que los demás eventos donde, por supuesto, ella había
estado. No importaba el lugar del mundo donde se desarrollaban, ella había
estado allí porque se lo había ganado con esfuerzo, mérito y dedicación.. no
por la suerte de tener un apellido.
Orientada a los
resultados. Fría, calculadora, no se le escapaba nunca el más mínimo detalle. Proveniente
de una numerosa familia del rural Powell, Wyoming, Alison Clayton sabía lo que
era surgir desde abajo, desde el anonimato. Enfocada en sus metas desde muy
joven, siempre supo que quería reconocimiento y poder en una de las industrias
más exclusivas del mundo.
¿Y qué mejor símbolo de
poder y exclusividad que las joyas y los diamantes? ¿Y qué mejor que acercarse
a una de las familias de más poderío y renombre que los Caelum?
Para ello, trabajó
arduamente. Los primeros años hacía lo que fuera necesario. Sacrificó familia,
amigos, vida… pero ella quería poder y reconocimiento. Lo ansiaba tanto, que
hasta lo llevaba tatuado en su muñeca.
Y Lucas, el instante de
luz más maravilloso en su vida, seguía a la espera. Aún no era el momento de
regresar, en especial porque ahora, una vez más, debía lidiar con un obstáculo
para llegar a su objetivo.
Pero esta vez, el
obstáculo se antojaba mayúsculo. Debía tirar de repertorio para ir minimizando
la amenaza. El mismo repertorio que le había sacado de su pueblito hacía más de
treinta y cinco años y que le mantuvo firme en nunca más regresar y correr con
el destino tradicional en su familia. El repertorio que le mantenía como una de
las mujeres de más influencia en la industria, pero, sin embargo, no con el
poder y reconocimiento que merecía.
Las 20:00h ya. Momento de
repasar mentalmente la estrategia de esta noche. Los reflectores estarían sobre
la heredera, así que debía ser ágil y prudente en sus movimientos, aunque su
primer intento no fructificó. Estará sola en su intento, pero ella, Alison Clayton, no se rinde
fácilmente.
La vibración de su móvil
personal la saca de sus cavilaciones. Es Lucas…
Mal momento para llamar…
By Fredic Montt
Fredic Montt |
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