-“Hola Palmira”-dijo
Ícaro nada más verla entrar en aquella repleta cafetería.
-“¿Quién es usted?”-preguntó
Palmira, al verlo allí de pie en la puerta de entrada
-“Soy uno de los creadores o
avatares como nos llaman. Te estaba esperando. Sé que tienes muchas preguntas y
te puedo asegurar que hoy habrá respuestas. Respuestas que comprenderás y otras
que no. Pero, ¡por favor, sentémonos antes!”-dijo Ícaro al
tiempo que retiraba una silla de la mesa que tenían a su izquierda y la
invitaba a que tomara asiento.
-“¡No puedo! ¡He dejado a mi
hija fuera en el coche!”-dijo Palmira, nada más tomar
asiento
-“¡Tu hija no está ahí fuera,
Palmira!”-contestó Ícaro-“¡Es
hora de que la dejes marchar!”
-“¿Cómo que no está fuera?”-preguntó
una cada vez más aturdida Palmira-“¿Qué
le habéis hecho?”
-“¡Tú hija no está ahí! ¡Tú
hija falleció hace años! ¿Recuerdas el accidente?”
-“¿Cómo que falleció? ¡He
venido con ella en taxi!”-dijo Palmira mientras salía a
la carrera al exterior
Al
salir de la cafetería, Palmira comprobó que en la calle no había ningún
vehículo aparcado, no había ninguna persona, ningún sonido, no soplaba el
viento, nada.
Una
extraña sensación de ahogo comenzó a apoderarse de Palmira
-“¿Querías respuesta?”-dijo
Ícaro señalándole la calle-“¡Aquí las
tienes!”
Palmira
se giró hacia Ícaro con el rostro desfigurado por un horror como nunca antes había
experimentado
-“¡No puede ser!”-fue
todo lo que acertó a decir, mientras entraba de nuevo a la carrera en la
cafetería.
Una
vez dentro pudo contemplar que donde antes todo era algarabía y alboroto, ahora
reinaba el más absoluto de todos los silencios.
-“¡Qué es lo que está pasando
aquí! ¿Dónde están todos?”-preguntó una casi ya histérica
Palmira
-“¡Nunca ha habido nadie
Palmira!”-respondió Ícaro quién apareció casi de la nada a su
izquierda
-“¿Cómo qué no?”-dijo
confundida Palmira, quién giraba y señalaba en todas las direcciones-“¡Esto estaba lleno de gente! ¿Dónde están
todos?”
-“No tenemos tiempo para eso. Por ello, te
pido, por favor, que preguntes qué es lo que deseas saber”
Palmira, que seguía girando sobre sí misma, con la mirada perdida y ambas manos en la
cabeza, con un gesto de desesperación e incredulidad, se detuvo en seco ante
Ícaro y sosteniéndole la mirada le espetó:
-“¡¿Qué es lo quiero?! ¡Quiero
saber la Verdad! ¡La jodida y puta Verdad de todo lo que está pasando!”
-“¡La Verdad!..............................¡Puedes
que no la soportaras Palmira!”
-“¡Inténtelo!”
-“Lo primero que debes hacer es tranquilizarte”
-“¿Tranquilizarme dices?”
-“¡Tienes que vencer tus miedos
y recuperar el control!”
-“¿De qué control me hablas?”
-“¿Y si te dijera, Palmira, que
nada es real?”
-“¡No…….no……no!”-dijo
con risa nerviosa Palmira-“¡Yo sé muy
bien que es real! Y esto es….¡muy real!”
-“¿Y cómo lo sabes? Los sueños
son muy reales hasta que uno se despierta”
-“¡Lo sé y basta!”-replicó
Palmira
-“¿Yo soy real?”-preguntó
Ícaro
Palmira
sólo se limitó a mirarlo con una mezcla de desconcierto y pavor.
-“¡No me digas que eres sólo
una ilusión! ¡Un producto de mi imaginación!”
-“¡Pppppsssss! ¡No exactamente
Palmira!”-contestó Ícaro-“Por
favor, sígueme y pronto descubrirás”
Ícaro
se encaminó hacia la puerta que se encontraba situada al fondo, a la izquierda de la cafetería. Palmira, absorta, contemplaba desde la distancia como Ícaro
abría aquella vieja puerta y con un gesto de su mano la invitaba a entrar. Cómo
si del canto de una sirena se tratase, Palmira se vio atraída hacia su interior
sin poder oponer la más mínima resistencia.
-“¡No temas!”-dijo
Ícaro-“¡Entra y todas tus preguntas serán
respondidas!”
Sin
casi mirarlo, Palmira entró en aquella sala oscura en la que había un enorme
espejo situado en el centro de la misma. Ícaro entró detrás de ella y ambos se
colocaron frente al espejo. La puerta se cerró lentamente.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------
Al abrir la puerta, Andrea lo encontró a su
izquierda, sentado en una de las sillas, que aún no se habían llevado los de la
mudanza. Sólo en semiprenumbra, con aquel molesto y repetitivo sonido de
fondo……bip..bip..bip..bip..bip..bip…….Padawan miraba en dirección a la silla
vacía que tenía colocada frente a él.
-“¡Te
estaba buscando!”-dijo
Andrea-“¡Sólo quedas tú! ¡Venga! ¿Nos
vamos?”
-“No
puedo dar un paso para abandonar este lugar, hasta que sepa que estás preparado”-contestó Padawan al mismo tiempo que lo invitaba,
con un gesto de su mano, a sentarse en la silla situada frente a él-
-“¿Cuándo
yo esté listo?.....¡Como quieras! Si deseas que hablemos antes, hablemos pues”-contestó Andrea al tiempo que tomaba asiento.
-“¿Y,
bien?”-preguntó Andrea-“¿Nervioso por el día de hoy? Yo te
confieso que un poco sí que lo estoy. Ya sabes, el traslado de los pacientes,
el último capítulo de la novela, ese ruido molesto del jodido camión de mudanza
que invade todo el centro (bip….bip…bip….bip)…..Por cierto, ¿Ya has escrito el
último capítulo?”
-“El
final lo escribes tú, Andrea”
-“¿Yo?”-contestó un sorprendido y pensativo Andrea-“Os lo agradezco de corazón, pero debo
rechazar vuestra petición, Padawan”.
-“No
es ninguna petición Andrea”
-“No
puedo de verdad. No puedo inmiscuirme en vuestro tratamiento”
-“Andrea,
tú has sido la única persona que has escrito todos y cada uno de los capítulos
desde el principio”.
-“¿De
qué hablas Padawan?”-replicó
un cada vez más nervioso Andrea-“La
novela la habéis estado escribiendo tú y el resto de tus adorables “locos” como
tú los llamas”
-“¡Cierto!
Somos unos locos y per se, tú también lo
eres”
-“Confieso
que no me esperaba esta reacción por tu parte, Padawan”.
Bip……bip……bip……bip……bip……bip……
-“Andrea,
debes saber que hoy nuestras charlas se acaban. El tiempo apremia y esto llega
a su fin.”-susurró
Padawan mientras se reclinaba en la silla acercándose a Andrea- “Necesito que prestes atención a lo que voy
a decirte y sobre todo, que lo comprendas: ¡los avatares no existimos!……¡somos
tú!”
-“¡Entiendo!”-contestó Andrea-“Esto
es por lo de Aram. Debí suponerlo. Negando la existencia de los avatares,
niegas la muerte de Aram”
-“¿Qué
crees que llevas en esa carpeta?”-preguntó un impasible Padawan
-“¡Tu
historial!”-dijo Andrea-“Siempre llevo conmigo el historial del
paciente que estoy viendo”
-“¿Estás
seguro?”
-“¡Pues
claro que lo estoy! ¡Padawan, debes aceptar que Aram decidió poner fin a su
vida! ¡Así es esta puta Vida! ¡Siempre jodiendo, siempre haciendo sufrir!
¡Acéptalo! ¡Aram se rindió! ¡Se fue! ¡Te abandonó! ¡Siempre terminan
abandonándonos!”
-“Un
psiquiatra, nunca debería expresarse en esos términos, ¿no crees? Y más, si se
dirige a un paciente, ¿me equivoco?”
-“¡Llevas
razón! Ha sido poco profesional por mi parte……Te pido disculpas. No sé porque, ése
puñetero sonido me tiene de los nervios”
Bip……….bip……….bip……….bip……….
-“Está
bien. Lo entiendo”-contestó
Padawan-“Por favor, ¿puedes abrir y
observar el contenido de la carpeta que llevas?”
-“¡Otra
vez, con esas!”-protestó
Andrea al tiempo que echaba su cuerpo para atrás en su silla-“¡Aquí está! ¿Lo ves?”-dijo al tiempo
que abría la carpeta-
Al abrirla, Andrea sintió unas terribles náuseas y su
cuerpo comenzó a temblar de manera convulsiva, dejando caer al suelo, la
carpeta que sujetaba entre sus manos. Cientos de folios se desparramaron a sus
pies.
Atónito, contempló que se trataban de los 104
capítulos de KTharSys, escritos de su puño y letra, aunque firmados en cada
ocasión con un pseudónimo distinto.
Al verlo en estado de shock, Padawan se aproximó
hacia él y abrazándolo con compasión le susurró al oído: “Tranquilo Andrea, ya falta muy poco…..acompáñame”
Tras ayudarlo a levantarse, lo condujo hacia una
puerta que se encontraba situada en el lado izquierdo de la habitación
-“¡Ábrela!”-le pidió a Andrea, quién, desconcertado y temeroso,
alargó su mano derecha y la abrió con extrema cautela.
Un laberinto de espejos apareció ante ellos.
-“¿Qué
sitio es éste?”-preguntó
Andrea
-“No
puedo decírtelo. Sólo te diré que dentro de cada ser humano viven miles de
versiones de uno mismo. En ocasiones, alguna de esas versiones bloquea su evolución”.
-“¿A
qué te refieres?”
-“Estos
espejos muestran todo lo que has hecho en tu vida. Recuerdos que tu mente los
ha enterrado y ahora te están destruyendo”.
-“¡No
quiero ver esto!”
-“No
tienes nada que temer Andrea. ¡Es el reflejo de tu vida!”
-“¡Mi
vida es una puta pesadilla!”
-“¡Confía
Andrea! ¡Vamos, no hay tiempo que perder!”
Bip………….bip………….bip………….bip………….
Ambos comenzaron a transitar por aquel laberinto,
dejando tras de sí, espejos de distintas formas y colores.
-“¡No
pasa nada!”- dijo
Andrea
-“Cuando
estés listo. No fuerces los acontecimientos. ¡Déjate llevar!”
Unos pocos pasos más, uno de los espejos mostró a un
niño regordete sentado en la arena de la playa jugando con su hermana pequeña y
así, a medida que se adentraban por el laberinto, varias imágenes de la
infancia y adolescencia de Andrea, se iban sucediendo en los distintos espejos
que iban dejando tras de sí.
Andrea se detuvo frente a uno, situado a su
izquierda, al contemplar la imagen de su prometida Elena. Estaban cogidos de la
mano. Reían. Se amaban. Eran felices
-“¿Qué
sientes al recordar estas imágenes?”-preguntó Padawan
-“¡Dolor
por el inmenso vacío dejado en uno, donde un día fuimos dos! ¡Rabia y Odio
porque él me la arrebató!”-dijo
un encolerizado Andrea señalando el espejo colocado a su derecha. En él, se
veía a la pareja de enamorados circulando en coche y como otro automóvil
conduciendo de manera temeraria les adelantaba de forma imprudente echándolos
de la carretera. Andrea, no pudo evitar el impacto, ni las cinco vueltas de
campana que dio posteriormente su auto. El vehículo que provocó el accidente,
no se detuvo para socorrerlos. Elena, moría en la ambulancia camino del
hospital.
Los siguientes espejos se volvieron oscuros y
siniestros, mostrando a un Andrea, consumido por el dolor de la pérdida y con
una sola fijación en su mente: Martin. Un chico de familia acomodada y acaudalada.
Una persona que, al contrario que él, lo había tenido todo en la Vida y que le
arrebataba lo único que había tenido en la suya: Elena
-“¡Lo
siento amor! ¡Te fallé!”-dijo
Andrea
-“¿Por
qué dices eso?”-le
inquirió Padawan
-“¡Fui
un cobarde! No pude vengarla”.
-“¿Recuerdas
porque no consumaste tu venganza? Tuviste la conciencia de ver cada suceso
particular en el contexto del todo. Comprendiste, que él tampoco deseó la
muerte de Elena. Le acaban de comunicar que su madre estaba a punto de morir.
Por ese motivo, conducía de manera temeraria. Por eso, no se percató del
accidente que había provocado y menos aún, de que estabais heridos.
Comprendiste, que los tres fuisteis piezas del engranaje de la Vida”.
-“Debí
matarlo cuando visitaba a su madre, aquel día en el hospital. Lo tuve en el
punto de mira”.
-“¡Pero,
no lo hiciste!”
-“¡Porque
soy débil!”……..“¡Quiero irme!”……..“¡No quiero seguir aquí!”
Bip…………….bip…………….bip…………….bip…………….
-“Cuando
perdiste a Elena”-prosiguió
Padawan-“vi el mundo a través de tus
ojos. Un mundo en el que no quedaba nada que perder y en el que sentiste la
necesidad de darle sentido a su pérdida, de proporcionarle un significado,
costara lo que costara y por eso, tu vida giró en torno a la venganza de Martin
y su familia”.
“Querías
ensalzar su recuerdo mediante la destrucción. La rabia y el odio te guiaban y
no querías ver otra cosa salvo, el mundo en llamas”.
-“Cuando
más falta me hacías, volaste mi amor”-dijo Andrea con la voz cortada y sin apartar la
vista del reflejo de Elena que se proyectaba en el espejo que tenía frente a
él, al tiempo que llevaba su mano a su corazón-“Pero aquí sigues, prendida, encendida, ardiendo y latiendo muy dentro
de mí”.
“Sabes
Padawan”-prosiguió
Andrea-“tras la muerte de Elena, todo el
mundo me decía que tenía que aprender a vivir sin ella. Pero yo sólo sigo
escuchando una voz, y es la de ella”.
-“Y,
¡caíste!….al no poder llevar a cabo tu venganza, caíste en el Infierno de las
drogas”-comentó Padawan al tiempo que en los siguientes espejos se veía a
un Andrea, que era la sombra de lo que fue junto a Elena, buscando consuelo en
las drogas para escapar de la cruda realidad.
-“¡Basta!”-gritó Andrea al tiempo que hacía añicos el espejo
que tenía frente a él al golpearlo con su puño derecho-“¡Claro que existe el infierno! ¡El infierno es donde vivo yo desde
aquel día! ¡La buscaré en esta Vida y en la otra! ¡Y la encontraré! ¡No sé ni
cuándo ni donde, pero hasta en la Muerte si hace falta, la encontraré!”
-“¡No
quería que fuese así Andrea! Pero, pase lo que pase, estaré a tu lado horas,
días, meses, años….hasta que encuentres la manera de aceptar este desenlace y
de esa forma puedas salir de este infierno tú sólo. De lo contrario, deberé
elegir otro desenlace”.
-“¿Sólo?”-preguntó un contrariado Andrea-“¿Y tú? Debo trasladarte al nuevo centro junto con los otros…”
-“Los
avatares somos producto de tu imaginación Andrea….nos diste forma en el mundo
que creaste gracias a las drogas. Mr Marvic por ejemplo, representa tu compromiso
y disciplina; RacTac es tu lado romántico; Tacones Cercanos tu sensualidad; Vera
Lu, tu lado crítico y racional; Aram y Perseo, por su parte reflejan tu sed de
venganza y tus ansias de destrucción, en contraposición a Vestigium, que es la
no violencia. Trexa es el misterio, la intuición, lo sobrenatural. Guille, mirándose en un
espejo, representa tus debilidades. Dakota tu sensibilidad; Txiki y Fredic Mont
el equilibrio y el orden. Ícaro, te recuerda que utilices el ingenio para alzar
el vuelo y escapes de este laberinto”.
-“¿Y
tú?”
-“Soy
aquello que no terminas de aceptar: que el bien y el mal son sólo
interpretaciones. Que hay un equilibrio natural en todas las cosas. Y lo debes
aceptar”.
Bip…………………bip………………..bip………………..bip………………..
“Creaste
una historia, un mundo hecho a tu medida. Si esa historia era cierta o falsa,
es algo que con el transcurso del tiempo, cada vez importa menos”.
“Inventaste
a Palmira, desde Elena. ¡Palmira es Elena! No adorabas a Elena, ¡la divinizabas!
Por eso, tu subconsciente le dio un cabello rojizo, imagen arquetípica del
ideal de mujer como reina y diosa. De esa forma, negaste su pérdida. Tu mente encontró
la forma de continuar con ella”
“Y
el nombre de vuestra hija ¡K! El día del accidente, estabais más radiantes que
nunca. Aquel día Elena te había comentado que estaba embarazada. Bromeabais, repasando
una por una, todo las letras del abecedario, con el nombre que les pondríais si
era niño o niña, Justo antes de que vuestro auto se accidentara, os quedasteis
en la letra K”.
-“Entonces, ¿todo
ha sido una ilusión? ¿Un sueño?”
-“Verás
Andrea, los sentimientos negativos que albergamos como la culpa, el miedo……nuestro
subconsciente siempre haya la forma de procesarlos. Cualquier sueño que tienes,
son conversaciones que tienes contigo mismo. Todos los personajes de tus sueños
en realidad son Tú. Y cuando intentas enterrar emociones o ideas incómodas, la
única salida que tienen, es tu subconsciente”.
“El
personaje de Macarena, su secuestro, tus remordimientos por no poder
rescatarla, tu imposibilidad para hacerlo por ti mismo y mandar a Máximo a que
lo hiciera. Todo ello, fue fruto de tu subconsciente, por perder a Elena y por tu
frustración ante el hecho de no poder hacer nada al respecto”.
“Es
normal sentirnos atormentados por nuestro pasado, por las pérdidas que sufrimos
a lo largo de la Vida y por eso creaste una historia, donde hacías realidad tu venganza.
Pero durante ese proceso, algo salió mal. En tu historia, tus sentimientos se
disfrazaron de avatares. Nos personificaste y pasamos a controlar tu historia.”
“Y
tú, inconscientemente, te revelaste. En un intento por dominarnos, creaste una historia
dentro de la historia. Como cuando tienes un sueño, dentro de otro sueño. De
esa forma, nos metiste a todos en un psiquiátrico como pacientes tuyos.
Deseabas volver a recuperar el control de ti mismo. ¡Llegaste incluso a
imaginar que todo era una película de cine!”
Bip……………………bip………………………bip……………………
“¡Hoy
termina todo Andrea! ¡Hoy debes abrir los ojos a la realidad, a la Vida! Si de
verdad quieres honrar a Elena, no pretendas construir nada destruyendo. La
violencia sólo genera violencia. No te equivoques Andrea. No pretendas deformar
el espacio y el tiempo, imaginando una Vida tranquila y feliz en el futuro. La
Vida nunca nace de la destrucción, sino del Amor. Permanece en calma ante la
adversidad y controla tus emociones sea cual sea la provocación a la que te
enfrentes y ama a la Vida en su Todo”.
“Subordina
tu vida a la Vida y comprende que sólo eres una pieza más de un Todo más
grande, al igual que tus “avatares” sólo son piezas de un todo más
grande.....¡Tú!”
-“¡Quiero
salir de aquí, ya, Padawan! ¡La echo tanto de menos que ya no me duele ni el
dolor!”
-“¡Pues
sal! ¡No queda apenas tiempo!”
-“¿Pero
cómo? Si no sé ni donde estoy”
Bip……………………..bip……………………..
-“¿Dónde
crees que estás? Vemos aquello que esperamos ver y lo que vemos puede
parecernos completamente real, aunque sólo sea una visión”
-“Si
esto es una ilusión……entonces, ¡estoy en mi mente!”
-¡Exacto,
Andrea! ¡Sigue recordando! No temas a la oscuridad. Explora en su interior, ¡en
tu interior!
Las imágenes se suceden una tras otra, a una
velocidad de vértigo, delante de los ojos de Andrea, mientras comienza a desaparecer
todo el mundo creado por él. Ya no hay psiquiátrico, ni doctores, ni avatares,
ni poncianos…….sólo un único espejo en medio de la oscuridad y la voz de
Padawan que le continúa hablando
Biiiiiiiiiiiiiiippppppppppppppppppppppp…………………..
-“¡Siento
que el pecho me arde Padawan!”-dijo asustado Andrea
-“¡Revive
Andrea! ¡Hay otro mañana! ¡Despierta! No temas a los dragones que aguardan en
la oscuridad. Ellos protegen tesoros de oportunidades y posibilidades. ¡En la
oscuridad hay libertad cuando alguien la alumbra!…¡Di si a la Vida, Andrea! ¡Alúmbrala!
¡Ámala!”
-“¡Hasta
mañana cariño!”-dijo
una voz femenina que surgía desde el espejo situado detrás de Andrea y que
provocó que éste se girase por completo hacia la misma-
Allí contempló, totalmente embriagado por una
emoción indescriptible, el pelo rojizo y la belleza de…..¡Elena! ¡El cabello
rojizo fue transformándose poco a poco en una larga melena rubia! ¡La imagen de
Palmira dio paso a la de Elena!¡Siempre fue Elena!
-“Mañana,
los muros del tiempo caerán, mi amor”-prosiguió hablándole la imagen de Elena reflejada en
el espejo-“Ahora descansa en Paz”
Unos fuertes impactos sacudieron el cuerpo de Andrea,
una, dos, tres y hasta cuatro veces, antes de ser absorbido por un tobogán luminoso
que se abrió ante sus ojos, inundando de luz todos los rincones de su cuerpo.
En el aire sólo quedó suspendida una frase con
lágrimas escritas: “¡No me olvides mi
vida, te quiero!”
----------------------------------------------------------------------------------------------------------
La sensación de cien mil alfileres clavándose en sus
pulmones, provocó que abriera los ojos, los cuales, recibieron el impacto de un
cegador haz de luz. Andrea, emitió un grito que quedó ahogado por el tubo que
le llegaba hasta la tráquea
-“¡Ya
está aquí!”-dijo una
voz desconocida para Andrea-“¡Doctor,
rápido! ¡Ha despertado!”
Andrea sintió, antes de perder la consciencia, como
entraba a la carrera en la habitación, un chico joven ataviado con una bata
blanca y comenzaba a explorarlo. Luego vino la oscuridad.
VARIOS
MESES DESPUÉS……
-“¡Buenos
días a todo el mundo mundial! ¿Cómo está mi paciente favorito?”
-“¡Buenos
días Héctor!”-contestó un
apático Andrea-“¡Te veo especialmente
contento hoy!”
-“¡Pues
claro! ¿Cómo no voy a estarlo? ¡He acabado mi turno y me voy de vacaciones con
la familia! ¡Además, un buen amigo hoy nos deja y quería desearle toda la
suerte del mundo!”
-“¡Gracias,
la voy a necesitar!”-contestó
Andrea
-“¡Te
acompaño a recoger el alta!”-dijo Héctor, mientras ambos se encaminaban al mostrador de admisión-“¡Mira quién te traigo por aquí Concha!”
-“¡Andrea!
¡Dichoso los ojos!”-dijo
Concha, la siempre sonriente enfermera que se encargaba de todo el papeleo de
los pacientes del Hospital-“¡Cuánto me
alegro verte salir de aquí por tus propios pies!”
-“¡Descuida,
he aprendido la lección! ¡No haré ninguna tontería más!”
-“¡No
sabes cuánto me alegra oír eso!”-contestó emocionada Concha, quién no dudó en salir
de detrás de su mostrador para abrazar y darle dos besos a Andrea-
-“¡Bueno,
bueno, bueno! ¿Me pierdo algo?”-intervino Héctor de manera irónica-
-“¡Sí!
¡A tu mujer!”-contestó
Concha, mientras le señalaba en dirección a la sala de enfermeros-“¡No la hagas esperar más!”
-“Mi
querido aprendiz-le
dijo Héctor a Andrea guiñándole un ojo- que
la Fuerza…….y el buen juicio te acompañen siempre”
Y tras darle un fuerte abrazo, Héctor se encaminó a
la sala de enfermeros en busca de su familia, dejando a Concha con los trámites
de alta del hospital de Andrea, quién no pudo evitar contemplar como Héctor
salía cogido de la mano de su mujer.
-“¿Hacen
buena pareja, verdad?”-dijo
Concha
-“¡Venga
peque! ¡Sal! ¡La playa nos espera!”-dijo Héctor a su hija que con pasos cortos y
atropellados, salía de la sala de enfermeros hacia sus padres-“¡Venga K que vamos a llegar tarde!”
Al oír aquel nombre, Andrea giró su cabeza al tiempo
que preguntaba a Concha:
-“¿Cómo
ha dicho que se llama?”
-“¡K!”-dijo Concha en voz baja-“¡Mira que ponerle a la pobre ese nombre?”
En ese momento, la esposa de Héctor cogía a la niña
en brazos y al hacerlo ésta golpeó sin querer la gorra que su madre llevaba
puesta, mostrando una rizada y larga melena roja
-“¡No
puede ser!”-fue todo lo
que acertó a decir Andrea-“¡Esto es de
locos!”
Tras recoger del suelo, la gorra de su esposa,
Héctor con una amplia sonrisa dibujada en su rostro, miró a Andrea y guiñándole
de nuevo un ojo, le dijo:
-“¡Amigo,
recuerda que los fabuladores más brillantes del mundo están en manicomios!”
By Padawan
en Una Galaxia Muy Lejana a 25 de Abril de 2017
Padawan |
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