En el cuerpo del mensaje se lee
“ABRE EL FICHERO ADJUNTO Y LLÁMAME CUANDO LO HAYAS LEÍDO POR LA LÍNEA SEGURA”.
Máximo abre el informe y hace un
escaneo rápido por las 3 páginas. Lo que lee lo deja perplejo. No da crédito
<<lo he tenido que leer mal>> piensa mientras se sienta a leerlo
con calma.
El informe confirma las sospechas
de que el tío de Palmira y Nara fueron envenenados. La autopsia no arroja lugar
a dudas.
Por otro lado, se ha identificado
a la persona de las fotos que aparecen en el pendrive que se encontró entre los
escombros del despacho de Levi. Es Andrey Záitsev, el lugarteniente de Viktor
Iliescu. Sustituyo a Viktor en sus negocios mientras éste estuvo preso y hasta
que consiguió escapar de Nanclares, la cárcel española de máxima
seguridad.
La prueba del ADN de Martin
(extraído de los restos encontrados en el coche que conducía cuando estalló la
bomba que acabó con su vida) y de Andrey ha dado positiva. El informe establece
que son hermanos. <<Esto explica el parecido físico entre ambos>>
piensa Máximo.
El informe también explica que se
han realizado estudios genéticos con las personas fallecidas en el caso Caelum.
Los resultados son sorprendentes y Máximo no se lo termina de creer. Los padres
de Martín y Andrey son Isaac y Razzi. Las pruebas se han repetido 3 veces
obteniendo los mismos resultados. Está 100% confirmado.
Máximo no entiende nada, cada vez
estaba más confuso “Palmira, Nara, Martín y Andrey eran hermanos o
hermanastros, ¿cómo era posible?” dice en voz alta. Sabe a ciencia cierta que
Palmira ha descubierto la existencia de Nara recientemente y que ni por lo más
remoto se imagina que tiene 2 hermanos más.
Inmediatamente llamó a Robles a
través de la línea telefónica que le habían habilitado desde el portátil.
Posteriormente tuvieron una videoconferencia que duró toda la tarde con los
agentes de Europol implicados en el caso para definir la mejor estrategia a
seguir teniendo en cuenta los nuevos acontecimientos.
Ya era noche cerrada, de hecho
era casi medianoche, cuando decidió cerrar el portátil y llamar a la recepción
para que le subieran un plato de pasta “vermicelli con le vongole” y una
botella de agua con gas. Mientras llegaba el pedido salió a la terraza a
ordenar las ideas. Las vistas desde su habitación no podían ser más bonitas,
con los edificios al otro lado del Gran Canal tenuemente iluminados y las
góndolas con sus farolillos que iluminaban discretamente a las parejas que
disfrutaban del paseo en barco.
Por unos minutos se relajó y disfrutó
del momento.
En ese mismo instante, a 160
kilómetros de distancia en Trieste, a poca distancia de la frontera con
Eslovenia y a 25 km. de Croacia, Palmira se despierta gritando. Macarena se
despierta sobresaltada. La habitación está totalmente a oscuras. De repente se
abre la puerta y entra uno de los secuestradores que da la luz. Macarena le
pide una infusión de tila y un sedante para relajarla. El secuestrador cierra
la puerta dejando la luz encendida.
Palmira va recuperando poco a
poco la serenidad y le cuenta a Macarena que ha tenido una pesadilla horrible.
Esta vez no era con los extraños personajes que, cada vez con mayor frecuencia,
la visitaban en sueños por la noche. Esta vez ella estaba en un quirófano
improvisado y la estaban interviniendo. No reconocía a nadie, la imágenes eran
borrosas, era como si estuviera sedada, pero oía con claridad el llanto fuerte
de un bebé.
“Creo que estoy embarazada,
Macarena, pero… es imposible.” “La última vez que lo hice fue con Máximo cuando
todavía éramos novios en Sevilla”.
Macarena busca en el bolso un
pañuelo de tela para secar las lágrimas de Palmira que le recorren las
mejillas, y de repente se da cuenta de que en el bolso tiene la carta que Razzi
envío a Palmira, a través del abogado. No recuerda cómo ha llegado la carta a
su bolso. <<Supongo que la metí en el bolso cuando estaba hablando con
Máximo y la línea se cortó. Mañana sin falta, si Palmira está mejor, se la voy
a dar. Le aclarará algunas de las dudas que le impiden dormir por la noche.
Ahora no es el momento. Es importante que se relaje, descanse y duerma unas
horas antes de que amanezca>>.
La puerta se abrió de nuevo, el
mismo hombre sin decir una palabra dejó en la mesa una infusión, un vaso de
leche caliente, un par de magdalenas y una tableta de diazepam. <<¡Qué
considerado para ser un secuestrador! Mañana, si no aparecen sus compañeros,
intentaré sonsacarle dónde estamos y que pretenden>>.
Le dio a Palmira un diazepam con el vaso
de leche, la obligó a comerse media magdalena y la abrazó hasta que se quedó
dormida.
By Lastrum
Lastrum |
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