25 de marzo de 2017

Capítulo 73

La llamada de Gerardo le había dejado perplejo y en su mente las preguntas comenzaban a agolparse de forma apresurada.

¿Por qué le había pedido Robles que dejase el caso y que otro agente le sustituyera?, ¿qué relación podría tener esto con la llamada que había recibido de Gerardo? Siempre había confiado en el capitán pero no olvidaba que en esa profesión a veces nada es lo que parece y hasta él mismo había necesitado fingir un papel que le era ajeno para que la investigación pudiese continuar.

El sonido de los altavoces le hizo volver a la realidad. Por megafonía anunciaban la salida del vuelo Alitalia 752 con destino a Venecia y Máximo se dirigió a la puerta de embarque. Mientras esperaba su turno en la cola para poder acceder al avión miró hacia atrás en varias ocasiones con el fin de localizar a Robles. Le resultó extraño no encontrarle entre los pasajeros que quedaban por embarcar y tampoco era consciente que lo hubiera hecho de los primeros.

En ese momento recordó el cambio de ubicación de su cita en la isla de Murano. Al principio no le dio importancia y pensó que podría estar debido a alguna estrategia para evitar un posible seguimiento pero desde que recibió la llamada de su excompañero comenzó a parecerle extraño que, justamente en ese momento y debido a ese cambio de última hora, se hubiesen salvado “milagrosamente” de aquella explosión en el Museo del vidrio.

¿Sabía Robles que habían colocado una bomba en ese lugar?  ¿Qué implicación podría tener él en aquella explosión?  ¿Y en el resto de los acontecimientos?...

-Su tarjeta, por favor. Le solicitó una de las azafatas.

-Aquí  la tiene.

-Señor, disculpe, pero se ha equivocado de puerta. El vuelo con destino a Venecia embarca por la puerta 62 y esta es la 72. Este vuelo va a Londres. No se apure, aún están embarcando, tiene tiempo de sobra.

Máximo recogió su equipaje de mano y se dirigió apresuradamente a la puerta que le había indicado la azafata. Cuando llegó, aún quedaban cinco pasajeros por embarcar. Se colocó al final de la fila, entregó la documentación de acceso y se dirigió al avión directamente por el túnel de embarque.

Nada más entrar en la nave vio a Robles sentado en el asiento 2A. Leía tranquilamente el periódico y ni siquiera levantó la cabeza cuando Máximo pasó por su altura. Se dirigió a su asiento situado cuatro filas más atrás y tras sentarse sacó su teléfono móvil con intención de desconectarlo al menos durante el tiempo del despegue. En ese momento se percató de que tenía un mensaje de Robles.

“Teniente, acabo de recibir un mensaje de la central. Por nuestra seguridad debemos alojarnos en hoteles diferentes. En el aeropuerto habrá un conductor mostrando un cartel con el nombre de Alejandro Bautista. Acuda a él y le trasladará a su hotel. A partir de ese momento usted tendrá esa identidad en Venecia. El conductor le facilitará la documentación que le acreditará. Cuando estemos instalados nos pondremos en contacto a través de correo electrónico y recibirá nuevas instrucciones. No intente hablar conmigo hasta que estemos en nuestros respectivos hoteles”

Todo estaba tomando un cariz muy extraño. Demasiados cambios, demasiadas coincidencias. El vuelo se presentaba largo. Además de la ansiedad que siempre le provocaba volar, en esta ocasión se le sumaban todas las nuevas incógnitas que había provocado la llamada de su ex compañero. ¿Quién era realmente Robles?

A través de la ventanilla del avión pudo ver las primeras gotas de lluvia que aumentaban a medida que la nave alcanzaba la cabecera de pista. En unos  minutos el avión inicio su rodaje y fue aumentando su velocidad progresivamente hasta que el morro comenzó a rotar la nariz hacia el cielo.


El avión comenzó a elevarse… Todo no ha hecho más que empezar.

By Ícaro
Ícaro

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por participar en K-Thar-Sys, todas las opiniones son tenidas en cuenta para el desarrollo de la historia.